Poeta Olga Orozco

Poeta Olga Orozco / Dos Poemas



Día para no estar

Vete, día maldito;
guarda bajo tus párpados de yeso la mirada de lobo
que me olvida mejor;
camina sobre mí con tu paso salvaje, simulando un
desierto entre el hambre y la sed,
para que todos crean que no estoy,
que soy una señal de adiós sobre las piedras;
cierra de par en par, lejos de mí, tus fauces sin crueldad
y sin misericordia,
como si fuera ya la invulnerable,
aquella que sin pena puede probarse ya los gestos de
los otros;
y tiéndete a dormir, bajo la ciega lona de los siglos,
el sueño en que me arrojas desde ayer a mañana:
esta escarcha que corre por mi cara.
Aun así, he de llegar contigo.
Aun así, has de resucitar conmigo entre los muertos.



Pavana del hoy para una infanta difunta que amo y lloro
                                                                                             
                                                                                              A Alejandra Pizarnik

Pequeña centinela,
caes una vez más por la ranura de la noche
sin más armas que los ojos abiertos y el terror
contra los invasores insolubles en el papel en blanco.
Ellos eran legión.
Legión encarnizada era su nombre
y se multiplicaban a medida que tú te destejías hasta el último hilván,
arrinconándote contra las telarañas voraces de la nada.
El que cierra los ojos se convierte en morada de todo el universo.
El que los abre traza las fronteras y permanece a la intemperie.
El que pisa la raya no encuentra su lugar.
Insomnios como túneles para probar la inconsistencia de toda realidad;
noches y noches perforadas por una sola bala que te incrusta en lo oscuro,
y el mismo ensayo de reconocerte al despertar en la memoria de la muerte:
esa perversa tentación,
ese ángel adorable con hocico de cerdo.
¿Quién habló de conjuros para contrarrestar la herida del propio nacimiento?
¿Quién habló de sobornos para los emisarios del propio porvenir?
Sólo había un jardín: en el fondo de todo hay un jardín
donde se abre la flor azul del sueño de Novalis.
Flor cruel, flor vampira,
más alevosa que la trampa oculta en la felpa del muro
y que jamás se alcanza sin dejar la cabeza o el resto de la sangre en el umbral.
Pero tú te inclinabas igual para cortarla donde no hacías pie,
abismos hacia adentro.
Intentabas trocarla por la criatura hambrienta que te deshabitaba.
Erigías pequeños castillos devoradores en su honor;
te vestías de plumas desprendidas de la hoguera de todo posible paraíso;
amaestrabas animalitos peligrosos para roer los puentes de la salvación;
te perdías igual que la mendiga en el delirio de los lobos;
te probabas lenguajes como ácidos, como tentáculos,
como lazos en manos del estrangulador.
¡Ah los estragos de la poesía cortándote las venas con el filo del alba,
y esos labios exangües sorbiendo los venenos de la inanidad de la palabra!
Y de pronto no hay más.
Se rompieron los frascos.
Se astillaron las luces y los lápices.
Se degarró el papel con la desgarradura que te desliza en otro
laberinto.
Todas las puertas son para salir.
Ya todo es el revés de los espejos.
Pequeña pasajera,
sola con tu alcancía de visiones
y el mismo insoportable desamparo debajo de los pies:
sin duda estás clamando por pasar con tus voces de ahogada,
sin duda te detiene tu propia inmensa sombra que aún te sobrevuela en busca de otra,
o tiemblas frente a un insecto que cubre con sus membranas todo el caos,
o te amedrenta el mar que cabe desde tu lado en esta lágrima.
Pero otra vez te digo,
ahora que el silencio te envuelve por dos veces en sus alas como un manto:
en el fondo de todo jardín hay un jardín.
Ahí está tu jardín,
Talita cumi.



Olga Orozco (Olga Nilda Gugliotta Orozco, Santa Rosa de Toay, 1920 - Buenos Aires, 1999) Poeta argentina que perteneció a la Generación del 40, integrante del grupo literario surrealista, al cual pertenecía, entre otros, Oliverio Girondo.

Vivió en su ciudad natal, en la provincia de La Pampa, hasta los ocho años; luego se trasladó a Bahía Blanca y en 1936 se instaló en Buenos Aires. Se graduó como maestra, profesión que nunca ejerció, y más tarde se licenció en la facultad de Filosofía y Letras.

Colaboró en las revistas Canto, A partir de cero, Sur, Cabalgata y Anales de Buenos Aires. También colaboró en Radio Municipal y Radio Splendid. Trabajó como periodista y en cierto momento llegó a tener ocho seudónimos, cada uno para escribir en un estilo distinto; durante años redactó los horóscopos del diario Clarín. Incursionó en el radioteatro como actriz. Poemas como "Cartomancia" o "Para destruir a la enemiga", revelan su afición por el Tarot.

En 1961 obtuvo la beca del Fondo Nacional de las Artes; ganó diversos premios de poesía y en 1998 fue galardonada con el Octavo Premio de Literatura Latinoamericana y del Caribe Juan Rulfo

Publicó los libros de poemas Mi Mejor Amiga (1946) Desde lejos (1946), Las muertes (1952), Los juegos peligrosos (1962), Museo salvaje (1974), Veintinueve poemas (1975), Cantos a Berenice (1977), Mutaciones de la realidad (1979), La noche a la deriva (1984), En el revés del cielo (1987), Con esta boca, en este mundo (1994), Relámpagos de lo Invisible (1998 Antología), Eclipses y Fulgores (1998) Antología), Últimos Poemas (2009), El Jardín de lo Posible (2009 Antología), Poesía Completa (2012, Adriana Hidalgo Editora), Yo Claudia (antología de su obra periodística a cargo de Marisa Negri, 2012, Ediciones en Danza).

Escribió también dos libros de relatos autobiográficos, La oscuridad es otro sol (1967) y También la luz es un abismo (1995) y una obra de teatro: Y el humo de tu incendio está subiendo (1971).

Recibió los siguientes Premios: Primer Premio Municipal de Poesía (1963); Premio de Honor de la Fundación Argentina (1971); Premio Nacional de Teatro a Pieza Inédita (1972) por Y el humo de tu incendio está subiendo; Gran Premio del Fondo Nacional de las Artes (1980); Premio Esteban Echeverría; Gran Premio de Honor de la SADE (1989); Premio Nacional de Poesía (1988); Premio Gabriela Mistral de la OEA (1988); Premio Konex de Platino de la Fundación Konex (1994); Láurea de Poesía de la Universidad de Turín; Premio de Literatura Latinoamericana y del Caribe Juan Rulfo (1998); Premio Konex de Honor (2004).

Desde 1994 funciona en Toay la Casa Museo Olga Orozco, en la que se realizan actividades culturales en torno a la obra de la poeta y en la que se puede consultar su biblioteca

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